Espiritualidad y Yoga: ¿son compatibles?

Hola, hoy quiero hablaros de algo que estoy segura que muchos, al ir conociéndome un poco más, os estaréis preguntando. Además, es una cuestión bastante común, sobre todo de quienes venimos del ámbito de la investigación científica: ¿Dónde queda la espiritualidad en el yoga?

La respuesta es sencilla: son cosas totalmente compatibles, pero no obligatorias. Para mí, la espiritualidad es algo inherente al ser humano, pero cada persona la vive de forma diferente. Hace poco leí un libro de un paleontólogo muy reconocido, Juan Luis Arsuaga (os lo recomiendo encarecidamente), en el que hablaba de la espiritualidad desde su perspectiva antropológica. Nos recuerda que la religión, la filosofía o la búsqueda de nuestro yo están ligadas a nuestra naturaleza. Al final, formamos parte de ella y muchas veces nos perdemos en lo puramente material.

Otro punto que me parece importante es la filosofía del yoga. Está claro que es fundamental conocer sus orígenes, su historia y su evolución. Sin embargo, y esto sí que es una opinión personal, creo que no se debe imponer ni una filosofía ni una espiritualidad a los alumnos. En mis clases, cada persona tiene la libertad de elegir hasta qué punto quiere integrar estos aspectos y si alguien me necesita le voy a ayudar . Algunos encuentran inspiración en la tradición hinduista, otros en la mitología griega o nórdica (como es mi caso con la visión odinista y celta), y otros simplemente buscan bienestar físico sin necesidad de añadir un componente filosófico o espiritual. Y todo está bien.

El yoga no te hace mejor ni peor persona según la forma en la que lo practiques. Lo importante es que te acerque a ti mismo/a, a tu naturaleza y a tu propio bienestar.

Por último, quiero volver a destacar algo que me parece clave: el yoga tiene beneficios científicamente probados, independientemente de su dimensión espiritual. Estudios en fisiología, neurociencia e inmunología han demostrado su impacto positivo en la salud sin necesidad de asociarlo a una creencia o filosofía concreta. Y precisamente ahí es donde creo que se encuentra su mayor riqueza: es una herramienta accesible para todos, sea cual sea su enfoque.

Así que, si alguna vez has sentido que el yoga no es para ti porque no conectas con cierta parte de su filosofía o espiritualidad, no te preocupes. Puedes practicarlo a tu manera. Lo importante es que te sirva, que lo hagas tuyo y que encuentres en él lo que realmente necesitas.

Un abrazo

Zoraida

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